El Búnker Literario

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Borges esencial

Leer a Jorge Luis Borges siempre será una experiencia metafísica que involucra conceptos esenciales como el tiempo y los laberintos. Hace poco terminé de leer la edición conmemorativa que la Real Academia de la Lengua Española publicó en el año 2021 como un homenaje por la conmemoración del fallecimiento del genio argentino. Esta obra, de 637 páginas, está estructurada con prólogos que brindan una introducción a lo que sería el estilo de Jorge Luis Borges y la justificación de por qué se lo considera un clásico. Además, reúne dos de sus antologías de cuentos más famosas: Ficciones y el Aleph. También se han seleccionado algunos de los poemas que se consideran los más relevantes de la producción borgiana. La obra finaliza con algunos ensayos del propio Borges y también con algunas miradas críticas sobre su producción y la influencia que recibió y que ofreció a otros autores.

Tratar de analizar toda la selección de textos que este libro involucra es una tarea ardua que no se puede resumir en un solo post. Por lo tanto, solamente quisiera aprovechar este espacio para reflexionar sobre algunos de los conceptos que considero relevantes para entender el libro y adentrarse en esta lectura. Para empezar, es importante entender que Borges no se ajusta a las vanguardias europeas de principios del siglo XX (porque se lo suele considerar el máximo representante del ultraísmo), sino que funda su propio estilo a partir de la influencia de escritores argentinos, y hace una combinación con estructuras clásicas, lo que paradójicamente termina por romper con la tendencia vanguardista de quebrar todas las normas clásicas.

Los cuentos de Borges quizá constituyan la producción más conocida si la comparamos con la poesía. Estos cuentos conllevan siempre el concepto de tiempo como una preocupación constante que también desarrolló en sus ensayos. En la selección de los dos libros de cuentos de esta edición, Ficciones y El Aleph, se puede rescatar la influencia del criollismo argentino como una forma de expresión propia de la literatura borgiana. Si bien se nota su evolución en los cuentos que publicaría mucho después, el estilo es una característica tan constante como los conceptos que marcaron su obra. En ese sentido, se destaca siempre la cuidadosa selección de adjetivos y de verbos que permiten al escritor retratar los escenarios y los personajes que necesita para desarrollar la idea que había preconcebido para el cuento.

En el caso de El Aleph debo rescatar una parte del cuento que retrata o está ligada a una experiencia del propio Borges y tiene una conexión esencial con la política de Argentina en esos años. Como contexto histórico tenemos el gobierno de Perón y su influencia en las masas al mismo tiempo que en Europa se estaba gestando la ideología nazi que desencadenaría en la Segunda Guerra mundial. Borges sentenciaba que el peronismo era una maquinaria del nazismo en Argentina. Pues bien, el autor desarrollaba una actividad burocrática en el sistema político en esos tiempos, pero por sus opiniones lo asignaron a un cargo de cuidador de aves, que a su vez era una técnica política para silenciar las opiniones que tenía sobre el gobierno nacional. De este modo en el Aleph, más allá del misterio metafísico que se reúne en el argumento, está la historia del personaje principal que es el propio Borges enfrentándose a Carlos Argentino Daneri, que estaba compitiendo por ganar un concurso de literatura y cuya poesía es mala, pero termina por ser reconocida por encima del propio Borges. Esta situación anecdótica, al margen del argumento, es lo que realmente vivió el autor.

Por lo tanto, la popular no concesión del Premio Nobel de Literatura a Borges no era ajena a su experiencia en relación al reconocimiento de la calidad de su obra. Evidentemente estamos hablando del reconocimiento del sistema político de la obra de Borges, porque también se debe destacar que la amplia difusión que tuvo sus creaciones literarias le permitieron consagrarse como un conferencista y profesor, pese a la timidez que solía tener, e impulsado porque el gobierno nacional lo quería lejos del sistema.

Estas cuestiones, que claramente son anecdóticas, sirven para comprender a un Borges que no es solamente cerebral sino que también tiene impulsos emocionales y que está marcado por el contexto político y social de su época.



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